La trama de lo que terminaría siendo una condena de siete años de prisión para un maestro de Los Toldos se presentaba de la siguiente forma. Con 37 años lo denunció por golpes su señora de 47. Ella lo había hecho estudiar, habían formado un hogar con hijos y a la hora que la diferencia de edad comenzaba a notarse aparecieron los conflictos. A los tres días del primer reclamo en diciembre del 2019 la mujer amplió la acusación que también su marido la obligaba a tener relaciones a la fuerza. Golpeador y violador era. Por supuesto le dieron trámite.

Los dos se reprochaban ser celosos. En un caso eran el meollo de una denuncia falsa, y en el otro la razón de las conductas violentas plasmadas en la causa. Defendido por el abogado Roberto Ortega Sergio B declaró que la ofendida se dió sola con el filo de la escalera persiguiéndolo con una chancleta enardecida porque bailó en una fiesta con una más joven. Ella es directora de un colegio.

Dijo que por una mentira llevaba dos años preso, había perdido su trabajo, sobrevivió al covid y no puede ver a sus hijos. La victima, su ex señora, no quiso acudir al debate eludiendo las mil citaciones que le hicieron del 23 de agosto hasta hoy, 6 de septiembre. Era una tácita retractación que en estos temas es inoperante. En opinión del tribunal colegiado de Sala II el docente era culpable.