“No es cebolla cruda ni pastel de cerezas…”
Las últimas horas de los últimos días Bernardo Fernandez
En el volumen I de la antología mundial sobre introducción disimulada de elementos prohibidos para privados de libertad no figura el sandwich de marihuana. Se consignan, eso sí, variadas estratagemas relacionadas con la comida, sea dentro del preparado, sea en el contenedor del mismo.

Un cierto éxito han tenido las bochitas de droga en los paquetes de galletitas escrupulosamente horadados. El Sábado pasado una mujer de 49 años fue a dejarle la comida a su sobrino detenido desde Diciembre por una tentativa de robo con arma en la Comisaría 24.

En la bolsa de pan un miñoncito llamó la atención del guardia. Lo que se vislumbraba dentro no era una milanesa sino dos bochitas con un pasto seco que no podía ser otra cosa que marihuana. Intervino Drogas peligrosas y se demoró a la tía ocultadora.

Fundaba para la gastronomía el sandwich de marihuana. Un emparedado fumable.