“La historia de un argentino y un chino unidos por una vaca que cae del cielo”
resumen de Sebastian Borenstein sobre su película CUENTO CHINO (2011)

Hablar chino, japonés o coreano que, para unos brutos como nosotros, son el mismo idioma, es facilísimo. Se trata de sustituir la ere por la ele. Ejemplo: mar verde (castellano), mal velde (chino) y te comunicás.
La humorada no refleja la realidad. Culturas distantes con fonéticas tan diferentes precisan un escarpado camino de adaptación y entendimiento.
El 4 de Enero pasado tres dueños de supermercados chinos en Orán, Yrigoyen, Pichanal y Mosconi eran demorados en el aeropuerto “Dr. Horacio Guzman” de Jujuy a punto de embarcar a Buenos Aires. Llevaban en sus maletas casi cuatro millones de pesos en fajos plastificados. “Es plata nuestra” protestaban pero no tenían los papeles para justificarla.

Bajo una acusación de “lavado de activos” los millones eran secuestrados.
El abogado local Joaquín Velez se presentó para representarlos quizá luego de un curso acelerado de chino básico.
De los acusados ninguno tenía antecedentes penales y todos estaban registrados en la Afip y pagaban impuestos por sus locales. Eran comerciantes. Trasladaban los billetes para operaciones ventajosas de plata en mano en el rubro bebidas. El efectivo no provenía del delito, no eran indigentes pasando guita sucia de los narcos ni testaferros.

A tres meses, este 12 de Abril, Velez logró que el Juez Esteban Hansen titular del Juzgado federal 1 de la vecina provincia dictara el sobreseimiento total y definitivo de los tres ciudadanos chinos más la devolución de los tres millones ochocientos sesenta y siete mil novecientos pesos más intereses depositados en resguardo en el Banco Nación de Perico. Lecupelalon su dinelo, sería, en lo que en nuestra ignorancia tomamos por idioma chino. O  que queda mucho más claro.