
“Mi hermana lanzaba el consabido: «¡Oh, qué vergüenza para la familia!»…”
El traje del fantasma Roberto Arlt
Una vida signada por el consumo de drogas compulsivo llevó a Emanuel de 34 años a comparecer una vez más ante la Justicia acusado por su propia hermana. Su adicción lo hace indeseable hasta para su propia familia.
En marzo del 2024 le apareció en los techos a su hermana en barrio Libertad tirando piedras y reclamando una deuda imaginaria no sin antes haberle robado ladrillos que tenía apilados en el patio. Le tiró una olla con sopa encima anticipando le iba a dejar pelada la casa.
En su periplo de gato alucinado saltando chapas rompió a piedrazos una camioneta de la muni parada frente a la vivienda de su chofer.
Por otro desajuste anímico devastador en marzo lo condenaron a cuatro meses en suspenso. Esta causa era anterior.
Arregló por hurto simple amenazas y daños otros ocho meses de encierro que de acuerdo fiscal y defensor y homologado por el Juez Oyarzú se unificaron en diez meses efectivos.
Es la tercera vez que lo condenan y ha pasado con muy malas experiencias temporadas en la cárcel.
