“Todo el problema fue que Torres se enamoró de una mujer mucho menor que él” dijo en los alegatos el abogado Roberto Ortega remitiendo a la frase de charlas de entrecasa que meterse con pendejas es pa kilombo. Explicaba de ese modo las dos acusaciones que pesaban sobre su cliente el conocido guardia de la Tropi Fidel Torres, un policía retirado de 52 años, sometido a juicio por una denuncia de Abril del 2016 y otra de Febrero del 2017 que eran un compendio resumido de todo el Código Penal a saber lesiones agravadas por violencia de género y por existir relación de pareja, amenazas con arma de fuego, robo simple, abuso sexual con acceso carnal, coacción agravada por uso de arma, privación ilegítima de la libertad agravada y nos debemos olvidar alguno porque no teníamos tiempo de tomar nota de todos los delitos que iban leyendo en la última audiencia del Lunes 27 de Agosto luego de seis anteriores de un Juicio que había empezado el 25 de Julio. Torres estuvo tres meses y medio preso y lo excarcelaron, corría el riesgo ahora de volver a la cárcel. Oficiaba de verdugo el tribunal en pleno de la Sala II, con Toledo Zamora, Fayos y Primucci, reemplazante de Lopez.
“-Estás loca, vos estás loca. ¿Por qué le voy a hacer caso a una loca?
-Porque sino diré que me forzaste. Fijate como te mordí y te arañé para impedirlo. Estas condenado.
Me acerqué con la mano en alto.
-También diré que me pegaste, para obligarme…”
La huella del crimen Vicente Battista
La lógica del que se acuesta con niños amanece meado o quien con perros se echa con pulgas se levanta, dichos que se explican como que ciertas compañías pueden arrastrar consecuencias malas o nefastas era, si se quiere, interesante. También que la Fiscal Alda Murúa haya descartado cuatro delitos que la chica victima había denunciado y no obstante solicitado siete años de cárcel para el imputado amén de su inmediata detención. Podía interpretarse que le creía unas cosas y otras no, que muchas las había mentido o exagerado para perjudicar a su amante. El broche de Ortega era quien miente lo menos miente lo más. El único de los reclamos que tenía testigos era el primero. Ella estaba jugando al pool con unos amigos en la 25 de Mayo casi Lopez y Planes y Fidel se presentó iracundo la hizo salir afuera y le pegó un cachetazo que la hizo golpear contra la pared y sangrar, la escucharon gritar y la vieron sangrando y llorando. El segundo era en la intimidad de la casa del hombre. La había retenido, sacado fotos porno y accedido contra su voluntad durante varios días. Era su palabra y un informe médico de contusiones, hematomas y una herida en la panza de cuchillo. Para salir de ese secuestro había pedido ayuda a unos Policías, que no fueron claros a la hora de declarar si la vieron desesperada o simplemente les dijo que tenía problemas con su pareja. Dos Jueces, Zamora y Primucci, fallaron bajo el precepto de lo probado de manera contundente, el hecho público, o sea las lesiones del pool, condenando al Policía a tres años condicional, Fayos estuvo de acuerdo con Murúa y votó en disidencia porque le dieran siete años. Su dictamen deja la casación a cara o cruz. Habrá que ver el criterio de los Jueces de Salta.
Fidel por el momento zafó y seguirá en la entrada de la Tropi a donde la denunciante, dicen, acude todos los fines de semana. Sus palabras antes que el tribunal pasara a deliberar fueron que se sentía protagonista de una novela, que todo era mentira. Como en las novelas claro, todo ficción, todo fantasía.