En literatura se llama narrador omnisciente al que te cuenta una historia en la posición de un Dios. Sabe lo que se esconde detrás de lo aparente, lo que piensan, pensaron y van a pensar los protagonistas, sus motivos profundos, su psicología, sus costados reprimidos u ocultos y desde que lloraron con la palmadita en el culo hasta el día de su muerte.
El tipo de narración periodística es la de un observador, la de un testigo, cuenta lo que se ve y no tiene idea de los porqués. Algún entretelón, una comparativa, puede dar para especular. No más que eso.
En la AP policial 878/18 del 16 de Diciembre hay constancia de la denuncia de la hermana de Hugo Ramón “Tito” Saracho (32), y de la mujer en barrio 17 de Octubre, que lo habían secuestrado cerca de la una de la mañana unos tipos disfrazados de policías, pistolas en mano, movilizados en un auto blanco. El chango salió de purgar una condena por robo calificado hace unos meses y lo tenían investigando por reincidir en el rubro con unas motos caras. Su familia dijo temer que fuera un ajuste de cuentas porque tenía “problemas” con narcos. La Policía suponía que había andado mejicaneando, el deporte delictivo de moda. A la 1.55 hs entró con cortes y golpes al hospital de Pichanal. Se ve que en el viaje lo fueron “ajustando”. No hizo denuncia.
“…¿Qué le parece? -Posible pero no interesante- respondió Lonnrot-. Usted replicará que la realidad no tiene la menor obligación de ser interesante. Yo le replicaré que la realidad puede prescindir de esa obligación, pero no las hipótesis…”
La muerte y la brújula Jorge Luis Borges
Pasaron seis días. A las dos de la tarde de ayer, Sábado 22 de Diciembre, un encapuchado motorizado la emprendía a balazos contra los departamentos ubicados sobre el anexo de la clínica Sagrado Corazón en la calle Rivadavia. Tres impactaban en la pared y un tercero en el vidrio de Captiva estacionado del odontólogo Ricardo Valdez (46). Hablando con él la Brigada llegaba a la conclusión que el pistolero era Tito Saracho, el secuestrado del fin de semana anterior. Acaba de ser detenido hoy. Con secuestro de moto pero no del arma.
¿Qué relación hay entre los hechos consecutivos?. ¿El ataque fue contra el profesional o la ligó de rebote?. ¿Fué una venganza?. ¿Disparaba contra uno de los departamentos?. ¿Quedó, como se dice en jerga de bandidos, un poco LIMAO o KOLINO con la experiencia del supuesto secuestro y de las torturas a que fue sometido?. ¿No tiene que ver una cosa con la otra?. ¿Habrá un móvil de entuerto pasional escondido?. No tenemos la menor idea. Suena a mafioso.