“La señorita Kate y la señorita Julia estaban allí, cuchicheando, riendo y zangoloteando…”
Los muertos James Yoyce
La oferta de psicoactivos ilegales no ha disminuido con la pandemia. Los esbirros del negocio a pequeña o gran escala no se quedan en su casa. Tienen que abastecer una clientela que en el caso de la marihuana es enorme. Los cargamentos del paraguay a través del chaco no son de tres bolsitas. El problema de los narcos es que cuanto más suculento es el curro más expuestos quedan a delaciones por envidia, competencia desleal o diferencias en el reparto.
A un móvil de gendarmería estacionado en la ciudad de Tartagal se acercó este domingo un tipo para informar 1) que nunca les había dicho nada 2) que en la remisería El Ciclón una chica había arreglado que le lleven unas bolsas a Embarcación que contenían marihuana. Con el dato siguieron a un Corsa y a una moto con dos mujeres que iban delante. A mitad de camino interceptaron al remis y sin que advirtieran las punteras un gendarme subió en el asiento trasero. Tenía uniforme.
Al llegar a la casa de la entrega la sorpresa de las contratantes fue mayúscula al verlo bajar. Quisieron huir. Era una mujer del rubro venta de comida de 20 años nombre Patricia Analy Soria y una menor de 15. En cinco bolsas negras había innumerables envoltorios con picadura como para una fumata tipo festival de Damas Gratis. Setenta y siete kilos doscientos cuarenta y cinco gramos.
Desde la Fiscalía federal de Orán se ordenó secuestro y detención de Soria en carácter de incomunicada.