“Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón…”
Cambalache Enrique Santos Discépolo
En el 2011 cuando ardía en los Medios el caso del cura Julio César Grassi (62) el asunto de los sacerdotes pedófilos saturaba páginas y programas. Fue un in crescendo desde el 2000 hasta hoy. La voracidad de las audiencias masivas era alimentada con datos, entretelones y estadísticas en las que Grassi era uno más.
Resonando aún los ecos de su condena los principales diarios publicaron en el 2017 un registro de abusos sacerdotales bajo el título “Los 62 curas denunciados por abuso sexual en la argentina”, era una investigación de la agencia Télam. Clarín, el mismo año, agregaba datos específicos “Uno por uno los 9 curas que ya fueron condenados por abusar menores en argentina”.
No lo va a creer. Fuimos discriminados. No figuraba Renzo Ferrazo (78), el primero de los curas condenados en el país, párroco de la Iglesia Guemes, sancionado el 20 de Septiembre del 2000 (tenía 59) a nueve años de prisión por la Cámara del Crimen de Orán culpable de facilitar y promover prácticas depravadas en tres menores de edad, uno de 11 años. Quien va a pensar en un pueblo perdido de frontera ultracatólico.
Había de todas la provincias, una amplia gama de degenerados eclesiásticos, de Salta ponían a Alejandro De Rossi denunciado por abuso de niños en la capital provincial en el 2008, al monje Agustín Rosa Torino y a sus colegas de orden Nicolas Vega alias “Padre Felipe” y la ex monja María Alicia Pacheco, ponían a un religioso preso en Entre Ríos apellido Escobar Gaviría, qué querés con ese apellido hermano, había muchos itálicos: Cacciuto, Brizzio, Avanzini, Squizziatto, Granuzzo…¿Y FERRAZZO?. Niente.
A la fecha tienen varios para agregar, entre ellos otro románico Gustavo Zanchetta (55) obispo de Orán, que en Julio del 2017 se fue… una noche no la esperaba había en sus ojos tanta ansiedad…, perdón se me coló un tango que encima no es “se fue” sino “volvió”. Retomando el tema Zanchetta se fue sin saludar luego de “resolver” el conflicto con los bagayeros con la excusa que estaba enfermo, luego que estaba loco y poco después que estaba tan cuerdo que lo pusieron a manejar las finanzas del vaticano. Estos días se cierne sobre él la sombra funesta de Ferrazzo.
“…Que tuve pena de recordarle su felonía y su crueldad…”
Volvió una noche Gardel Le Pera
“En realidad no debería asombrarme ni sorprenderme. ¡Zanchetta Obispo! Hizo carrera. Que Dios me perdone, pobre pueblo de Orán…” publicaba un grupo de sacerdotes y laicos de Quilmes en cuya Diósesis actuó antes de ser ascendido. Ahora lo acusan de abusos sexuales y desmanejos tiránicos. Dicen que fue la inminencia de las denuncias lo que lo hizo huir sabiendo como terminó Ferrazzo en Orán, no vaya a ser que me pase lo mismo. Serán ultracatólicos pero no boludos.
Que en el seminario que fundó tuvo unas relaciones no permitidas por Dios con ¡nueve o diez! seminaristas que lo denunciaron ante el clero aunque no, todavía, ante la Justicia Penal. Que es homosexual, homofóbico y que las pruebas son unas fotos suyas en sitios porno gay totalmente desnudo (Clarín 28/12) ¡guau! (lo buscamos pero no lo encontramos). Nos tocan todos. Valgame Deus.
