“Cuando no nos contestó ni se movió nos llenó el estómago un miedo frío…”
Ese verano a oscuras     Mariana Enriquez
En el campus de tiro de las barras del Paredón y del Medio que tantos muertos han dejado en barrio Estación, caían, la noche del 23 de Septiembre del año pasado, los primos “Papu” Lorenzo Alfredo Antonio y Eliseo Leonel Rodriguez, ambos vecinos de 16 años, el primero con una bala mortal en la cabeza y el segundo herido en la pierna.

La balacera había replicado por calle Los Andes, asiento de una vagancia que dos por tres sobresalta a los vecinos, diezmada esta vez por gente extraña. Luces de fuego salieron de la casa de un abuelo al que los changos tenían de punto. La familia de las victimas apuntó al marido de una de las hijas del hombre. Por una foto en el face se lo entregaron con un moño a la Policía.

Era el “Negro” Rubén Alberto Guzmán (40), bagayero del San Juan, detenido al día siguiente con la coartada de haber estado en el río pasando lonas toda la noche.

Sin secuestro del arma llegó a Juicio el Jueves 4 de noviembre acusado de homicidio calificado por Pepu y tentativa por Rodriguez. Sus abogados defensores fueron los hermanos Velastiqui.

Declaró ser inocente y no haber escapado a pesar de conocer la frontera como la palma de su mano. Ponía todas las fichas en los dos compañeros que estuvieron con él la noche del crimen. El problema fue que ellos se fueron a las nueve y los tiros fueron a las once. Varios testigos dijeron reconocerlo como el chato encapuchado vestido de negro que hacía tiros por el enrejado de su suegro.

La fiscal pidió 17 años de prisión. Los defensores revirtieron como lesiones leves la tentativa de homicidio. El Juez Fabian Fayos lo condenó a 13 años. El fallo fue dictado ayer. Las audiencias tuvieron una custodia especial de la Policía pero no se produjeron incidentes.