EL CORCHO POR LA CULATA!!

Fue el menos comentado de los accidentes de fin de año. Solo en la intimidad socarrona del hospital. “Estos a falta de champaña se descorcharon un culo” decían refiriendose a los profesionales que actuaron. Había sabido ser que una joven cayó en medio de los cuetes con un corcho cabezón clavado como un dardo en el circulo central del blanco de sus dos nalgas de flan casero resguardadas apenitas por el hilo dental de una tanga que reventó por la fuerza del hongo invasor. En medio de los festejos un familiar había cometido la torpeza de descorchar una botella de fino espumante descuidado de la dirección del semejante tapón soldado a presión al vidrio que cuando sale reíte de una bala de cañón. En vez de ser “Pum para arriba” había sido “Pum para el costado” impactando de pleno en la carnadura de la dolorida y asustada paciente. Más vale en uno de los resquicios de su carnadura para hablar con propiedad.

“Estas clavado en mí como un puñal en la carne…
te siento en el latir abrasador de mis sienes…”
Del tango PASIONAL       Mario Soto

Ella estaba agachada jugando con lucecitas con un sobrinito mientras el imprudente manipulador balanceaba frente a sí una enorme botella de Chandón luchando con un corcho que parecía sellado con cemento. Todos reían con su cara deformada, una por la fuerza (otra por el acusi), con la que apretaba hacia arriba con los dos pulgares el ajustado elemento. Cuando logró que resbalara un milímetro hubo una ovación. En ese momento debió apuntar al cielo raso como cuando se manipula una pístola. Por la dudas. Pero no. El tipo siguió con el movimiento pendular quizá para preservar la rotura del techo, consecuencia repetida de los descorchamientos. Craso error.

Se veía venir el balinazo. A medida que se descogotaba presentían el estallido y la salida del tiro por la culata que por esas cosas del destino terminó siendo A LA CULATA madre mía. De la pobre inadvertida que se arqueó para adelante atropellada por atrás por la bala perdida que ingresó toda su parte gruesa quedando la redondez del cabito asomando indecente para que las miradas doctorales e imperturbables de los médicos decidieran con ella boca abajo en la camilla el camino a seguir. Qué vergüenza caramba. Y fue que lubricada que hubieron la zona y tirando de la puntita lograron el !plop! que de adentro para afuera desafiaba la entropía dolorosamente.

Con lo que le había costado mantenerlo intacto, buscando excusas para novios desaforados que le suplicaban una prueba de amor, aludiendo a que le iba a doler, a que no fue hecho para esos menesteres, a que pedime lo que quieras pero eso no que es contrario a la naturaleza . Tanto mezquinarlo para que ese corcho culero echara todo por la borda. No te pongas mal, le dijo una amiga, una cañita voladora hubiera sido más jodido.

De la edición 333 Enero 2013