MANÍACOS
El cuerpo tiene puesta una remera negra, corpiño rojo, una minifalda del mismo color y sandalias. Unas medias Can Can negras están tiradas sobre el camino. No hay cartera ni bombacha. En las manos, que es lo que mejor se ha conservado, tiene dos anillos y una pulsera tipo esclava con un corazoncito. El pelo es negro pero está teñido de un color castaño rojizo. Los elementos son suficientes para chequear si se trata de Liliana Segundo, denunciada como desaparecida desde el 18 de Noviembre. Un rato después su madre, María Isabel Perez, los reconoce.
Las últimas que vieron con vida a Liliana Segundo fueron sus hermanas la noche del Sábado 18 de Noviembre. Ella había ido a un casamiento con la madre y cuando volvió, después de las doce, se puso sus llamativas ropas de trabajo y salió. M, su hermana de 16 años, andaba buscando clientes entre los camiones de la estación de Servicio y la vió en la zona de los sombreros con S, otra compañera. Supo que pasó con alguien a una pieza que llaman “la casa del Negro”. A eso de las dos se quedó sentada en la garita esperándola para ir al baile pero no apareció.
Fue a Metropoli pero nadie la había visto. Se preocupó. Tenía muy presente su propia experiencia y la de otra hermana que usa el nombre de batalla “Claudia” (21). Ellas habían sido atacadas varias veces y andaban asustadas. Tanto que un día después acompañaban a la madre a denunciar la desaparición de Liliana a pesar que era común que se perdiera varios días sin avisar.
“Claudia” no podía dejar de pensar en aquel hombre que la levantó en una camioneta bordó con rayas grises. La había llevado hasta un camino de tierra a varios kilómetros por la 34 (enfrente de donde luego encontrarían a su hermana) y acusándola de haberle dado droga la desmayó apretándole la garganta con las manos. Cuando se despertó el hombre gritaba “¡Puta de mierda…Hija de Puta!!” mientras la golpeaba. Terminó con una sentencia. “Esta vez te perdono la vida”. Ella no duda que puede ser el asesino. Más cuando a otra prostituta que apodan “Turca” le hizo lo mismo.