“-¿Estás seguro que me has contado las cosas exactamente como han ocurrido?
-¿Por qué te iba a mentir?…”
El amigo de infancia de Maigret Georges Simenon
Un Juicio es una controversia. Se debaten en general dos versiones mediante la interpretación de la evidencia. Para el Defensor prueban tu inocencia, para la Fiscalía, tu certera culpabilidad. El Juez, en teoría, es el imparcial que le da la razón a alguno.
Terminó hoy en la Sala I el expediente de un homicidio ocurrido en Febrero pasado en la Colonia. Dentro de ese intenso devenir criminal juvenil hecho de vagancia, drogas y pobreza.
En una de las zonas criticas entre el barrio municipal y el Milagro (ex loteo Reyes). Frente al Canal se encontraron el “Polaco” Emanuel Rojas (25) y el “Loli” Rodrigo Isaías Mendez (20) que contaba su sexto mes de libertad absuelto luego de casi dos años preso por la muerte del “Menor” Francisco Mendez apuñalado a sus trece años en la entrada del municipal. Un crimen espantoso que quedó impune.
Rojas venía tambaleando, borracho como una cuba, ído, tras festejar el triunfo en un partido de fútbol. Mendez caminaba con su novia. Hubo una trifulca y el Polaco terminó con dos puntazos, uno penetrante en el segundo espacio intercostal izquierdo, que le provocó un shock hipovolémico y la muerte.
Para la Fiscal fue una pelea en la que el homicida sacó el cuchillo que llevaba en su cintura y se lo hundió a la victima. La defensa decía que el cuchillo era del muerto que quiso robarle el celular a la novia del acusado. Había reaccionado levantando el arma que al borracho se le cayó de las manos hiriéndolo sin intenciones de matarlo.
Las lecturas llegaban a conclusiones diferentes. En los alegatos el defensor Gilneuer pidió absolución por legítima defensa o en todo caso un exceso en la legítima defensa y la fiscal Carreras dieciséis años de prisión por homicidio simple. Juzgado por dos crímenes en medio año el segundo fue el vencido. Pasará nueve años tras las rejas.