El auge del turismo expoliador proveniente del estado plurinacional vecino es un hecho. Varios atracos a mano armada y en banda tienen tonada boliviana. Cruzan la banda dato en mano y plan preconcebido.

El Viernes 1 de octubre unos siete u ocho con pistola capucha y barbijo secuestraron de una obra a un constructor de 56 años, lo golpearon y de su casa, inmovilizada su familia, le llevaron un millón de pesos, diez mil dólares, tres celulares, chequeras y una camioneta Toyota. Los tipos se trataban de “sargento” y “comisario” con el cantito propio del país limítrofe.

El pasado Martes 7 de diciembre cinco sujetos arremetieron cuando una odontóloga salía de su consultorio en calle Lavalle y la metieron a golpes para dentro junto a su hija de 11 años. Blandían pistolas. Ella terminó en el hospital y aún no se determinó la suma robada.

En la terminal el 911 detuvo a dos personas identificadas como Ovando Gutierrez, boliviano de Jujuy con radicación, y Wilfredo Ríos Flores, Tarijeño. En una mochila cargaban seiscientos mil pesos en billetes.

Los dos asaltos fueron de mañana, diez y media y siete y media. Se movilizaron en un Gol y ahora en un Clío gris. Rápidos y violentos. No importa de donde sean en Orán los chorros se sienten como en su casa.