¿Qué día es hoy?: domingo. ¿Y mañana?: domingo. ¿Y pasado?. El Coronavirus nos ha sumido a un domingo perpetuo. A un domingo sin lunes subsiguiente, sala de espera con pacientes que saben que el médico no va a llegar en los próximos meses confinados a vivir en la angustia de un diagnóstico incierto. El mundo ha quedado varado. El virus se hizo viral. En la tele los programas grabados muestran la opulencia del turismo las comidas las playas los conciertos la risa de los niños corriendo por la calle y eso, desde que el mundo encalló, parece del tiempo de los moabitas.
Hoy el ambiente es lúgubre, solitario, forzadamente igualitario. Todos son culpables de la desgracia o de su expansión devastadora menos yo. Desde el ascensorista de la cámara argentina de los viajantes del chaco salteño hasta Dios, pasando por Putin. El de Fuera de la Ley no escribe sus estúpidas notas, está encuevado. ¿Y todo esto hasta cuándo?. Hasta que el día menos pensado se escuche bueno hermano dejá de rascarte el pupo y a laburar ¿qué te crees? ¿que es domingo?.