“Con el primer soplo de viento, caeré…”
La ley de la vida Jack London
En el mundo de las adicciones o estás merqueado (cocaína), fumado (marihuana) empastillado (rivotril y otros) o machado (alcohol). Hoy en la Sala II de Juicio a cargo de Fabian Fayos condenaron a un pastillero detenido vendiendo Clonazepam y Rivotril no como ansiolíticos con receta médica sino para producir efectos bomba en el psiquismo de sus clientes.
El acusado era el “Loco” Guillermo Jorge Reeberg (53), hombre que en su juventud supo tener una época de oro como pistolero valiéndole cinco o seis condenas penales (dijo que no se acordaba en la audiencia).
Hoy está bajo tratamiento psiquiátrico en el Ragone y medicación por una enfermedad gravísima.
Se declaró culpable de tenencia de estupefacientes para comercializar y aceptó la pena de cuatro años y dos meses de prisión efectiva que arreglaron su defensor y la Fiscal. Se veía vencido, desgastado. Poco quedaba del ladrón violento de unas décadas atrás.