“Quiero despertarme en un mundo agradable
Quiero darme libertad…”
Mundo agradable Serú Girán
Las familias son una conjunción de mundos agradables y mundos siniestros. Son lo mejor y son lo peor. El sentimiento tanto aclara como oscurece. En la intimidad suelen medrar rencores, odios, abusos e injusticias que un día explotan en violencia criminal. Endógena y exógena.
A medianoche de ayer 20 de Mayo sobre el pasto de la vereda de la avenida Constituyentes donde hace esquina con Italia fue muerto Juan Pablo “Xeneise” Cardozo (32) de una inapelable puñalada que le atestó en el corazón saltándole encima y aparecido de la nada la pareja de su hija un changuito de 15 años MGS.
Su victima peleaba con su compañera en la puerta de la casa que alquilaba frente al escenario de su muerte. Estaba también la ex esposa que recibió un corte profundo a la altura del codo, más otro hijito de 12 años de los tres que tienen.
Cardozo es del 20 de Junio, la mujer de los fondos del Taranto igual que el homicida. Todo se precipitó con los reclamos del padre a su hija que como todo padre no suele ver con buenos ojos a los novios o maridos menos de matriniños como el que se había constituido. El chico, por lo que sabemos, trabaja en una panadería. En principio, por la edad, es inimputable.
La autopsia realizada por el médico de policía Darwin Paredes a la una de la tarde estableció causa de muerte taponamiento cardíaco shock cardiogénico paro cardiorespiratorio. El sindicato del azúcar se hizo cargo de su sepelio. El 30 cumplía años.