“Cuando quieras decir algo piensa en ello tres veces antes de decirlo. Habla solamente cuando tus palabras te beneficien a tí y a los demás. Si no es así, entonces no lo hagas…”
– Dögen Zenji –
La mamá de Pablo Pedro Paz alias “Perro” de 41 años nos dijo en un aparte durante el debate que se desarrolló en su contra por abuso sexual con acceso carnal en la Sala II a cargo de Raúl Lopez que era todo mentira lo que se decía y que su hijo era un sensei que en japonés quiere decir maestro, sabio o persona docta, la contracara de un violador. Que nos iba a contar de la chica que lo acusaba etcétera.
Paz es un carpintero ex alumno de la técnica que trabajó muchos años en Nicoletti y que al mismo tiempo dirigía una escuela de Karate.
La caída del sensei comenzó con una condena en suspenso de tres años por violencia de género contra su ex mujer en el 2013 a la que siguió, entendiendo el abuso sexual como una de las formas extremas de violencia contra la mujer, otra denuncia del 13 de Octubre del 2018 en la que la victima era una ahijadita de 13 años que llevó a comer ese día gracias a la confianza de la madre, cuñada y comadre suya, pasando luego a su casa para cerrar la puerta con llave y violarla.
Su defensa era que el que había sido violado por la chiquita que se metió al cuarto medio desnuda, era él.
Ella tenía himen complaciente o sea no había certeza de que hubiera sido accedida pero del isopado vaginal se encontró ADN del acusado.
Su declaración en el debate fue que ante la insinuación de la niña dijo ¡no no!¡no puedo! ¡vamos vamos!. Olvidando su primer relato en Fiscalía donde hasta había eyaculado. ¿En qué quedamos?.
Se leyó el trauma que produjo el hecho en la adolescente por sus intentos de suicidio, por su negación a que la toquen “me da asco mi cuerpo”, por su fracaso escolar y porque comenzó a drogarse.
Las audiencias fueron del 15 al Jueves 17 de Octubre.
En los alegatos la Fiscal Soledad Filtrín y toda su Inquisición de género, sobre la que somos muy críticos, estuvo muy bien. Las brujas que incineraba la Inquisición católica del medioevo no existían pero que los violadores existen, existen.
Dijo que a Paz lo condenaba el testimonio de la victima y también su propio testimonio, sus incoherencias, sus olvidos. Que aprovechó para su ánimo libidinoso el temor reverencial que le tenían al karateca, al sensei, al padrino adorado.
“Nunca penetré mi pene en su vagina” repitió mil veces el defendido por el abogado particular Héctor Velastiquí. Por abuso sexual con acceso carnal el Juez Lopez lo condenó a 11 años de prisión, lo que había pedido la Fiscal. Una vez firme la sentencia se hará computo de pena sumados los 3 años que tiene en suspenso.
