“Aquello realmente me sacó de quicio. Lo admito…”
Las dos partes implicadas J. D. Salinger
Fue por lo menos inusual que una mujer se sentara en el banquillo de los acusados de la Sala I de Juicio por haber rasguñado y amenazado al marido durante una pelea matrimonial. En general se sientan los maridos.
Algún malintencionado podría haber pensado, una vez expuestos los hechos, que en algo pudiera tener que ver que la victima fuera uno de los médicos de tribunales.
Analía Vanesa F (37) llegaba al final de un proceso iniciado por denuncia de su esposo Manuel Guerrero (43) en el 2019 con mensajes de texto filmaciones y fotos de lesiones leves agravadas por el vínculo y dos hechos de amenazas.
La mujer no negaba su culpabilidad en el marco de una separación violenta y luego de sufrir maltrato psíquico y engaños. La perspectiva de género, crucial y obligatoria en estos conflictos, era irrelevante, lo concreto era la agresión ungueal causante de una gran vergüenza en el herido que tuvo que ir a tribunales a trabajar con la marca en la cara.
El defensor fue Hernán Mascietti. En los alegatos la Fiscal Mónica Viazzi consideró fue un accidente en el fragor de un combate conyugal, un manotazo sin intención, descartó las amenazas, pero igual pidió un mes en suspenso de condena por lesiones culposas, con reglas de conducta y prohibición de ejercer actos de violencia contra el médico. El Juez Aldo Primucci lo convalidó.
Mascietti anunció que va a casar la sentencia. La prensa tribunalicia no le dio publicidad al debate.