“El edificio huele vagamente a sopa en la cocina, colonia en el baño, pañales en la cuna, remedios, cigarrillos, vida, muerte…”
Esa mujer Rodolfo Walsh

Le dieron tres años y medio de prisión efectiva al “Tito” Hugo Ramón Saracho (33) el personaje que en Diciembre del año pasado agujereó a balazos las paredes de los departamentos de la Rivadavia y Egues, al lado del anexo del Sagrado Corazón.

Impotente porque se había equivocado de casa buscando al que decía lo había secuestrado y que quería matar no sin antes recuperar un bolso con guita de una droga en disputa.

El hampón, un adicto que ahora tiene condena en Jujuy y Salta, portaba un 38 largo humeante con el que había amenazado a la familia adonde entró con un pasamontañas y maniató al grito que le dieran el bolso de Rodriguez o Rodrigo cosa imposible porque no era la casa de Rodriguez. Caliente hizo los tiros de impotencia. Cuando la Brigada lo detuvo aclaró lo inaclarable “yo lo buscaba al gil ése…me equivoqué de casa”.

El tal Rodriguez al día de hoy está preso en Tartagal por droga. Saracho era uno de los tantos pesados que salen de la cárcel y se meten a narcos. Varios vieron al grandote de negro salir enojado ponerse detrás de un árbol un trapo en la cabeza y fusilar las paredes antes de irse en su moto roja. Parecía, dijeron, totalmente drogado. No parecía, estaba. En el Juicio confesó que su adicción lo ha perdido. Como a tantos.