El Pomelo o Puki Ramiro Rodriguez (36) de Caballito no es el “Pomelo” que se ha transformado por un audio viralizado en el prototipo del pollerudo, es un convicto pertinaz de Caballito que ha recibido ahora la tercera condena de mayor de edad a siete años de prisión efectiva por venta de droga al paso mediante la triquiñuela de manos rápidas para clientes apurados y yo no te conozco ni vos me conocés en el asentamiento del Tanque frente a la escuela Illia, circunstancia que vino a agravar el delito, por el que fue detenido en Diciembre. La vida de Rodriguez viene en pendiente de lejos, en el 2003 mataron a tiros al hermano y él vivía de prófugo profesional, escondido, a veces buscado, a veces evadido, en los bajofondos del hampa vernáculo. En el 2009 publicamos cuando le pegó un tiro al Coyita Subelza, otro colega peligroso que le macheteó la cara después de rompérsela a la que era su mujer, una chica que a los 20 ya tenía dos homicidios. Ninguno de ir a rezar a misa los domingos, ni de participar en tertulias literarias, ni de leer versitos patrióticos en los actos de colegio, ninguno sin más escuela que la calle y la marginalidad y la violencia para salir adelante. El herido se salvó con la secuela de una bala metida en el esternón. En aquel momento Pomelo estaba fugado de la 20 y siguió en esa condición con el agregado de una nueva acusación de tentativa de homicidio.
“…Quisiera dormir seis meses, hibernar en un sopor narcótico; despertar con la memoria libre de toda acusación…”
Nombre falso Ricardo Piglia
Para la fecha, pasados nueve años, había sido condenado dos veces por eso fue declarado reincidente por triplicado. Secuestraron de su casa pasta base y todo el muy modesto laboratorio de fraccionamiento consistente en plasticos, tijeras y fósforos para cerrar los caramelos. La venta minorista de paco y porro es la alternativa, no se deben tener muchas ofertas de trabajo recién salido de la cárcel, de los condenados que recuperan la libertad, en este caso, con semejantes antecedentes era impensable que intentara con un carrito de choripanes. Fue fiel a la vida que eligió. O que le tocó.