Un agravante normalmente usado para el hombre que agrede a una mujer se le aplicó a una chica del Taranto que punteó al novio. El hecho de haber tenido una relación de pareja. Liseth Melina Romano (20) hirió al padre de su hijito y novio de dos años Lucas Miranda (19) en Octubre del año pasado y fue imputada de homicidio calificado por haber mantenido una relación de pareja en grado de tentativa.
No era lo único curioso en el expediente 61770/20 que llegó a juicio en la Sala I. También llamaba la atención que las lesiones de cuchillo no extremadamente graves de Miranda fueran privilegiadas contra la cara deformada a golpes con tabique nasal quebrado de ella. Pensando en la insistencia de los últimos años de enmarcar los hechos con perspectiva de género bajo la ultra cacareada finalidad de erradicar la violencia contra la mujer.
En los alegatos David Leiva, el defensor de Romano, lo destacó, La fiscal de graves atentados Claudia Carreras acababa de pedir diez años de prisión efectiva contra su cliente. Consideraba probada la intención de matar en el acto de haber ido a la casa del novio, que éste tuviera unos tajos en la espalda y que no existiera la mesita de luz de donde decía había tomado el cuchillo para defenderse de sus golpes.
El móvil era el despecho. A un mes de haberse separado el chango andaba en amores con una quinceañera. La causa era un mar de dudas. Ayer miércoles 29 de Julio el Juez Laurenci dictó el fallo. Dos años en suspenso por tentativa de homicidio (simple) con exceso en la legítima defensa (descartó el agravante de género) y libertad.