“Como serpentinas cruzaban la altura las clamantes llamadas de los vigilantes…”
El juguete rabioso Roberto Arlt
A juzgar por la cantidad de changos heridos en hechos de violencia desde la semana pasada el aflojamiento del confinamiento acuartelamiento o cuarentena masiva pudo ser el del fin de sus vidas. Y no por el coronavirus. Saltaron como muñecos con resorte una vez que les soltaron las cinchas. Para el libertinaje de la punta o el fierro.
La sala de cirugía del hospital se llenó. Los cirujanos rompieron records de pacientes cocidos. Hoy de temprano recalaron en la guardia (por informar algunos) dos de la Misión San Francisco de Pichanal. Uno Rodrigo Ariel V de 17 años tenía un puntazo en la espalda. Su mamá dijo que había sido un tal Coca de la banda los Fugitivos que lo atacó.
De la Colonia Santa Rosa ingresó Alexis Arias 25 años del barrio municipal con un escopetazo en la pierna que le fracturó tibia y peroné y le dejó incrustados en la carne muchos perdigones. A las diez de la noche del Sábado se presentó en su casa su vecino de cuadras el Emanuel Ema Pairico saludando a cuetazos con una escopeta del doce recortada.
Le tiró a él y a otro de los que compartían (hombres y mujeres) el Fernando Vizcarra hermano del Loli Mendez vinculado con dos terribles homicidios en el sector. Se tiró al piso y zafó. Cuenta Alexis que el Ema se la tenía jurada por unas broncas y que había salido ileso de un primer ataque en el que le apareció con su barra.
“Cuando en la calle hay guerra y en la calle encuentras paz el crimen te adopta” dice un cartel en el Face del acusado viejo conocido del hampa.
Graves atentados se hizo cargo.