Cuando la camioneta de los bomberos de Aguas Blancas sorprendió en las pantallas globales transportando no a las victimas de un incendio ni los gatos rescatados de los árboles ni a disertantes para la prevención de siniestros ni a una lampalagua que se cruzó en la ruta sino trescientos un kilos trescientos veinte gramos del resultado del proceso químico que convierte las hojas de coca en un narcótico prohibido embalados en ortoedros amarillos todos quedamos con la boca abierta.
El peritaje de la carga mostró se trataba de una mercadería de gran calidad.
Ochenta y ocho punto setenta y ocho por ciento (88.78 %) de pureza, negativa para adulterantes activos e inactivos, que en relación a la cantidad sirven para obtener dos millones seiscientos setenta y cinco mil ciento dieciocho con noventa y seis (2.675.118,96) dosis umbrales. Cada dosis (cien miligramos de cocaína pura) te pone del coco de veinte a cuarenta minutos. Grupo Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón 20 “ORÁN” hizo el estudio.
Sobre el valor del producto, nosotros, usando el método “a la que te criaste” llegamos al siguiente resultado: una cisterna de guita.