“Como fondo de aquel desconsolador cuadro un pedazo de cielo de un azul triste desteñido…”
Esperando el zarpazo Ednodio Quintero
La comunidad indígena del pueblo kolla Tinkunaku de los ayllus de Los Naranjos, Río Blanquito de Santa Cruz, Angosto de Parani y San Andrés es pacífica.
Ovejas, sembradíos, pircas, ranchos y gente mayormente grande son su paisaje. Montañoso, cansino, paciente. Sin embargo no todo lo que reluce es oro. En el interior de San Andrés una controversia enfrenta a los vecinos que piden la expulsión de una pareja radicada ocho años atrás en el paraje Ojo de Agua.
Los acusan de haber socavado la paz del lugar con agresiones, hurtos, matanza de animales y ostentación de armas de fuego. Han presentado innumerables denuncias hasta ahora desoídas por la Justicia. Muestran como prueba como le quedó la cara de un piedrazo a una señora de 66 años. Reprochándole que el perro había mordido a uno de sus corderitos.
Aparte, indican, no son de allí, Noemí Andrada vino del Alizar a cuidar al abuelito que murió y Domingo Mauricio Chicha Tolaba migró del Apachal. El hombre estuvo varios meses preso a mediados del 2018 por atacar a su hermana y desfigurarle el rostro a su tío.
Además de las denuncias policiales hay una presentación en Fiscalía 1 con numerosas firmas de vecinos pidiendo, antes que la situación de violencia llegue a un punto sin retorno, tome cartas en el asunto. Que les devuelvan el derecho a vivir sin miedo.