Faltaban tres días para ingresar al nuevo milenio. La Navidad prolongaba el clima festivo con el que tradicionalmente se reciben los años nuevos. Es Viernes, de madrugada. Cerca de las dos y media. Una mujer transita en bicicleta por las oscuridades de calle 9 de Julio entre Lamadrid y 20 de Febrero. A la izquierda un enorme terreno baldío abre una larga boca de lobo. De la negrura salen cuatro sombras humanas como corridas por el diablo. Una pertenece a un hombre con larga melena que casi se lleva por delante la bicicleta. La mujer siente un olor penetrante, mezcla de sudor y alcohol, que le llega como una cachetada. “Ehh…Boludo” se enoja y queda como un fantasma de humo en medio de la estampida que, sin reparar en ella, se pierde doblando la esquina. “¿De qué estarán escapando estos borrachos?”, piensa. Las primeras luces dibujan la terrible respuesta.
Sobre el costado norte del baldío yace el cuerpo sin vida de una mujer que está desnuda de la cintura para abajo y con las piernas abiertas. Lleva puesta una musculosa color naranja. Parece haber sido estrangulada.
El informe médico legal revela que a la mujer le han introducido trozos de vidrios y cemento en la vagina taponados luego con papel higiénico. Elemento que también usaton para cerrarle la vía anal. Un sadismo sexual aterrador.
La víctima es identificada como Rita Yolanda Reinaga de 47 años con domicilio en el Cruce de Pichanal. Se la conoce en el ambiente de la prostitución por el apodo de “Yola”. Más de una vez ha sido vista en un prostíbulo y aguantadero de calle Sarmiento a poco más de dos cuadras. El lugar pertenece a un ex agente sanitario licenciado por problemas psiquiátricos y alcoholismo.
Varias compañeras declaran que efectivamente estuvo la noche anterior. Andaba con el menor de los Centeno y el “Halcón” . Se refieren a Luis Alberto Centeno (24) y a Rodolfo Dante “Caballo o Halcón” Erazú (35). La mujer ha sido varios años pareja de Julio Centeno, el hermano mayor de Luis. Victor Armando “Negro” Canizza (42), el dueño del burdel, es el que completa el cuarteto de sospechosos.
La estampa de los cuatro iba como anillo al dedo para las cuatro sombras que esa madrugada huyeron asustadas del terreno. Todos tenían prontuarios de más de una hoja y, misteriosamente, no se los hallaba por ningún lado.
La víctima estuvo en lo de Canizza por lo menos hasta las once de la noche del día anterior con Centeno chico, Erazú y el dueño de casa. Antes había pasado a buscar al mayor de los Centeno con quien mantuvo una relación sentimental de cuatro años que ahora, supuestamente, continuaba con el hermano. Surgía allí un conflicto pasional y un móvil presunto para el crimen.
Al ubicar la Brigada a Luis Centeno en barrio Caballito el hombre reaccionó de manera infantil. “Vayan nomas que yo me voy a presentar solo en la Policía”. “Yo sé que vienen por lo de Yola” se pisó. Su hermano Julio (32) y Erazú cayeron también. A Canizza se lo había tragado la tierra y recién fue detenido el 5 de Enero. Aparentemente el “Negro” largó el rollo pero negó toda participación. Un allanamiento en su casa permitió secuestrar prendas y piedras con sangre a las que se mandó analizar.
NOTA: Los sospechosos salieron faltos de mérito a los tres meses. Varios años más tarde Julio Centeno fue encontrado muerto en la plaza Pizarro como un indigente cirrótico. En el 2003 Canniza fue condenado a 8 años de prisión por el homicidio de un peón de 50 años aparecido en otro baldío a la vuelta del de Yola con varias puñaladas en el cuerpo. En Noviembre del año pasado fue condenado a once años más por la violación de una chica de 13 años. Cumple en la unidad carcelaria 3. La Causa de Yola se archivó.