Esta vieja y ajada nota del El Tribuno delata que 17 años después las cosas no han cambiado. Los presos se siguen escapando de las cárceles policiales que parecen haber implementado un régimen de puertas abiertas para que el preso que no desee estar preso, pues, se vaya a su casa. Si no están de acuerdo con la cama y comida gratis que les ofrece el Estado que se piren. No queremos ingratos y amargados. Por eso, salomónico sería, recomendar nos envíen al bueno de Robledo Puch para que no le sigan denegando la libertad y la consiga con nuestros métodos locales que dejan librada a la voluntad de los encarcelados la permanencia o no en los claustros tumberos. Desde una perspectiva más amplia se trata de una vieja maldición pueblerina que viene de largo. La de las cosas resueltas con cuetes de euforia y titulares de júbilo que siguen igual o peor. Es un túnel del tiempo. ¿Pero no era que lo habían resuelto? nos preguntamos. Con una cara de opas manoteando en la oscuridad que es toda una respuesta.
“…Porque si te vas yo quiero creer que nunca vas a volver
Dímelo y serás mucho menos cruel yo siempre supe perder…”
Si te vas Alfredo Zitarrosa
El déficit habitacional se soluciona (¿se soluciona?) con asentamientos en terrenos vacíos y/o ajenos como las vaquitas del Arriero de Yupanqui. De las latas de sardinas de las cárceles no vas a mandar a los presos a meterse en el Alto Verde. Eso sí, estarían más cómodos y mejor atendidos. Pero es difícil que Tuma acceda muy a pesar de ser un empresario comprometido socialmente. Podría aplicarse el sistema yanqui de que el precioso que tenga guita espere el Juicio en el hotel y el indigente se acomode con otros veinte iguales en celdas cuya amplitud es la de un baño químico del Festi Orán.
La Comisaría 24 ostenta un maravilloso record de evasiones. Por recordar alguna, fue gran noticia la de los cuatro que en plena pelea de Maravilla Martinez con Martin Murray a fines de abril del 2013 acogotaron al Cabo de Guardia para rajar. El pobre Policía quedó tan mal como Martinez pero a él no le dieron ganada la pelea. Estaba entre los fugados, todos jóvenes, un procesado por homicidio, el “Salteñito” Jorge Luis Salinas, que sería hallado culpable en Juicio y cumple hoy una larga condena por la muerte atroz del abuelito Miguel Siles (89) ocurrida seis meses antes.
La dependencia tiene dos celdas grandes y una chica, inicialmente para contraventores, que desembocan a un patio de esparcimiento con el techo enrejado. El ámbito estaba previsto para unos 14 huéspedes y al Jueves 12 del mes en curso había 32, mejor dicho, debía haber 32 pero cuando hicieron el conteo de cambio de guardia había 26. Era suma y resta. Faltaban 6. A ver esperá, esperá, que hago la cuenta de nuevo. Tres por ocho cincuenta y cuatro raíz cuadrada de 7 por A sobre X elevado a la décima potencia dividido por el coeficiente numérico de alfa beta gama. Si, che. se rajaron seis. No se trataba de un fenómeno de transmigración de almas sino de un empeño metalúrgico en los barrotes del techo que les permitió escapar por los mismos.
Los evadidos eran los hermanastros Sergio Matias Lobo y Facundo “Ramonita” Valdez, encausados junto con otros varios del San Expedito en el homicidio del Bombacha Daniel Aguirre (39) de Septiembre del año pasado en una esquina del Patrón Costas, Miguel “Osito” Villalba reincidente ladrón terminalero que apareció de arriba en la tapa del Tribuno como imagen de los “homicidas fugados” sin que lo hayan acusado nunca de matar a alguien, el Luis Walberto Aldana, un vecino de Los Lapachos preso por reincidir en violencia contra una menor que era su pareja, aceptando un año de prisión en suspenso mediante un abreviado en la primera denuncia y guardado con la segunda, a poco de salir. No tiene otros antecedentes. Dos hermanos más completaban la grilla de evadidos. Matias “el gordo” y Mauricio “Javito” Canchi, acusados de la muerte del Andrés “Pichu” Cruz (21) sucedida a un mes del crimen del Bombacha y también dentro de un enfrentamiento de patotas en este caso de Estación.
Sabíamos por la promoción del abogado Cardozo Cisneros, un ex policía, político y cualquier cosa que lo ponga frente a una cámara o a un micrófono, o en la tapa de los diarios, o en Bailando por un sueño, personaje, por fin, indescifrable, que anunció ser tutor letrado de los fugados Canchi afirmando que su fuga no era una fuga sino una protesta y que su debido término los entregaría. Lo hizo no sin antes subir un video con Matías diciendo que es inocente y toda la culpa la tiene la (fiscal) Carreras. Al Osito la mamá les dijo a los del formidable operativo de recaptura con misiles nucleares y francotiradores y negociadores de la DEA y efectivos de la armada boliviana y parte del equipo que exterminó a Bin Laden, que buscaran al chango en la Sarapura al 700 y con un alarde operacional lo sacaron del baño donde se escondió. A Aldana lo entregó su abogado Roberto Ortega. Los mandaron todos a la redonda de Campo Chico donde protestar podrás protestar pero fugarte se hace más difícil si es que no sos Silvester Stallone o Arnold Schwarzenegger en la película “Plan de escape”.
“¿Pero que era un delito realmente? Para los medievales, el sacrilegio era el peor de los crímenes. Luego venía la sodomía y al final el asesinato…”
Historias secretas de América Eduardo Belgrano Rawson
¿Cuándo un homicida es un homicida?. Cuando te detienen por homicidio, cuando la Justicia te procesa, cuando te condenan por un homicidio, cuando todos te escrachan como un homicida que ha burlado el aparato punitivo del Estado. ¿Se puede ser momentáneamente homicida?. Por ejemplo pasás un tiempo preso por homicidio y en el Juicio te absuelven. ¿Éras homicida y con la sentencia dejás de serlo?. Que unos Jueces te absuelvan significa que no sos un homicida. Existe la posibilidad que se hayan equivocado (o no hubieran pruebas suficientes) y vos seas realmente un homicida. Con lo cual en tu fuero íntimo serías un homicida y en la esfera pública no, ya que no recibiste condena por ese delito. En ese caso si te llaman homicida aciertan pero vos podés ofenderte, podés fingir ofenderte, con el cartel legal de inocencia aún sabiendo que mataste.
La realidad mediatizada moderna sugiere que si te vinculan o denuncian por un crimen sos un homicida, lo mismo que si te denuncian por violación sos un violador. Lo que pase después, si el hecho ha prendido en las grandes audiencias, es irrelevante. Si salís libre será que le pagaste a los Jueces, que mataste a los testigos, que hiciste desparecer las pericias o que te banca el mismísmo Papa Francisco que llamó para ver si te daban una mano. Ya quedás con una especie de estigma racial, la de los homicidas, si tenes suerte podes ser más o menos homicida, como más o menos japonés, podés ser homicida del interior que se ve distinto a los homicidas capitalinos, pero homicida, lo mismo que Japonés, sos o sos.