

“Vi brillar a mi desgracia en medio del agua que corría entre las piedras…”
El anillo Elena Garro
Portada: el acusado y la victima
Anocheciendo en Isla de Cañas llueve. Finito. Es abril dos años atrás. A la tarde se ha jugado un torneo de fútbol once. Han definido por penales. Los jugadores cervecean a la vuelta de la cancha. Reportan un accidente sobre el oscuro de la calle Sarmiento. Un chango boca arriba yace con el manubrio de la su Yamaha FZ sobre el cuerpo. Debe haber chocado con una oveja, arriesgan.
Antes de hallar a metros un cuchillo tramontina con sangre. Antes de certificar que el Toldeño Gonzalo Saturnino Ibarra (30) tiene un artero puntazo en el corazón.
En los grupos de redes escriben que lo ha matado Satanás. Se refieren a Angel Gabriel Canchi (21) lugareño concubino de la ex mujer de Ibarra. Los dos han estado presos por agarrarse a golpes.
Ibarra vivía en Orán. Ha viajado para llevar mercadería. Con su ex, que ahora vive con Canchi, tiene dos hijos.


El Lunes comenzó el juicio por el homicidio. Ejerce la defensa el doctor en derecho salteño Juan Pizarro Echenique. Canchi, su cliente, dice que su apodo es Lucho no Satanás y que a la hora de la muerte estaba inflando globos para un cumpleaños familiar.
El martes 4 de noviembre continúan las audiencias.
