“Aprovecharé el tiempo para medir la puntería, para saber dónde te voy a colocar la bala…”
El hombre Juan Rulfo
Un viernes atrás ingresó al hospital Alejandro Jesús Avandillo (30) un jornalero de Caballito con un disparo a corta distancia en la nuca. La bala (especulan calibre 38) le resquebrajó el cráneo como si fuera vidrio, entró y salió. Se encuentra en terapia intensiva con un diagnóstico de caja negra.
La única pista de la virtual ejecución era la gente que lo ingresó baleado a la guardia. Iban en un auto gris. Según el personal se despidieron con la amenaza mafiosa que si no lo salvaban los iban a cagar matando a todos.
El GAP de homicidios identificó al del auto como Carlos Esteban Lami (30) y esta mañana lo allanó en un monoblock de barrio Pedrana. Lami estuvo involucrado en múltiples episodios de drogas y armas de fuego. Tiene una condena de tres años de noviembre del 2020.
Le secuestraron una pistola Bersa 22 dos cargadores con proyectiles y un frasco lleno de cogollos de marihuana.
Le escuchamos victimizarse que el mal trago era por salvarle la vida a un cristiano (o sea que efectivamente fue el que llevó a Avandillo al hospital) y que el cannabis era para consumo personal.