“La serpiente de cascabel, que espanta hasta a los indios cuando viene de pie como una persona…”
La selva de los venenos Ventura García Calderón
Si la simbología de tatuarte un escorpión en el cuello es como un amuleto de protección y muestra tu capacidad para enfrentar desafíos al “Gringo” Cristian Gabriel Palavecino (36) no le funcionó. Es cierto que alcanzó la fama pero no la gloria.
La propaganda oficial y la imaginación periodística lo hicieron el rey de los narcos, rey de los sicarios, rey de los rochos y máximo exponente del crimen organizado.
Ante el temor que en la cárcel común donde aterrizó con prácticamente toda su familia siguiera planificando asesinatos y asaltos lo derivaron al Penal de Ezeiza con filmación marcial incluida para que se arregle con los Castedo, los Monos de Rosario y toda la runfla de tumberos categoría Alto riesgo que ocupan una unidad residencial.
Vía remota deberá afrontar los juicios por la causa sicaria del Coya Rojas, por el asalto a Abra del Sol y por el homicidio calificado de Alejandro Avandillo. Mucho no lo protegió el escorpión.