“Unas sombras amorfas y necrófagas danzando bajo una pálida luna menguante…”
La declaración de Randolph Carter HP Lovecraft

Los encapuchados que en diciembre del 2022 asaltaron Abra del sol estaban dispuestos a matar. Se llevaron ciento sesenta mil dólares y trece millones de pesos. Secuestraron a uno de los dueños le pusieron una mochila en la cabeza y antes de confirmar la plata en bolsa y abandonarlo le rompieron varios dientes con los caños de sus armas.

De la plata no apareció un peso ni con la cara de Benjamin Franklin ni con la imagen de un hornero.

Sobre los ladrones hubo una comparsa de sospechosos que llegaron a catorce hasta que la detención del Gringo Cristian Gabriel Palavecino (37) y sus audios con el gerente contable y candidato a intendente el Oso José Dimas Ruiz (41) definieron una acusación. El enemigo dormía en la misma cama. La victima y el bandido era socios.

Siete van a juicio. A los nombrados se agregan coautores de robo con arma en banda privación de la libertad agravada y asociación ilícita expediente GAR 66.500/22 el “Coya Culi” Delfor Rogelio Sandoval (51), el “Papilo” Marcelino Daniel Cruz (40), Matias Ezequiel Malissia (28), Brian Gabriel Palavecino (19) y el “Chino” Javier Antonio Romero (22).

En la publicidad de los fiscales difundida estos días abren el paraguas y culpan a los Jueces (Parisi ya destituido y preso y Oyarzú en la gatera) si escasean las pruebas. La curiosa salvaguarda se inscribe en el encarnizado enfrentamiento entre el ministerio público y el poder judicial para el control del aparato.

Inquietante para los que vivimos bajo su arbitrio.