“Más mujeres pasaban conduciendo flacos y tiesos animales que parecían galgos, pero eran cerdos; mientras otras llevaban patos bajo el brazo, o transportaban cacareantes gallos y gallinas en canastos de mimbre…”
Tres hombres muertos Eden Phillpotts
En la Nueva Jerusalem vivían su pobreza de muchos hijos y el poco y mal pago trabajo de las fincas con el agravante del exceso de alcohol que los hacía una pareja patológica. La formaban Sara Noemí Mendoza (39) y el “chivito” Ariel Antonio Guzmán (27) con el final cantado que uno lo iba a matar al otro. Eso ocurrió el 27 de Agosto del 2017, en la calle, al mediodía, saliendo los dos borrachos de una junta que venía de la noche. Pechando la moto fue que el hombre la empezó a mechonear porque te vas a subir o no te vas a subir y esas estupideces de machados dándose manija hasta sacar su cuchillo y pegarle tres tajos en el brazo que ella le respondió con otro puntazo al pecho que lo hizo recular, bamboleándose, y caer muerto. Le dio en el corazón. Pasó lo que tenía que pasar. Le tocó morir al hombre.
Con una caratula de homicidio calificado por existir relación de pareja y mediar convivencia Mendoza recibió el 18 de Octubre el beneficio del arresto domiciliario que fue todo un problema porque estaban colgados de la luz y se la cortaban a cada rato y la tobillera y la consola saltaba como si se hubiera fugado y siempre estaba ahí a oscuras por falta de pago hasta este 12 de Marzo que con un Juicio abreviado le dieron la libertad.
Fiscal y defensor habían arreglado tres años y seis meses de prisión efectiva por homicidio en exceso de la legítima defensa pero los Jueces se la redujeron, benevolentes, a tres años en suspenso por el mismo delito. Con la pulsera era imposible y en tanto madre tenía que estar en su casa. La sentencia tiene varias reglas restrictivas, entre ellas un tratamiento para dejar la bebida.