“Si uno sabe moverse, si entiende las dinámicas, los horarios, no es peligroso…”
El chico sucio Mariana Enríquez
El robo de cítricos igual que el contrabando forman parte del folklore zonal. Por cuestiones sociales y necesariamente relegados por otros crímenes de mayor importancia no se los combate. A los limoneros y naranjeros se los puede ver tarde tras tarde volviendo de la rapiña ocultos en montañas de bolsas aplastados en motos con doble amortiguador. Ya con una onda acopio más que la de un par de docenas para vender.
Ayer una ristra de allanamientos efectuados por la Brigada a partir de una denuncia de Tuma localizados en barrio estación y alrededores dejó el saldo de seis changos y una mujer demorados bajo acusación de robo en banda. Sumados seis millones de pesos un arma de fuego motos y cajas de limones naranjas y pomelos.
El negocio, según la Policía, incluía en el último tiempo la exportación de la fruta a Bolivia donde le sacaban mejor plata.