
“Bebería cervezas hasta llegar a ese instante en que el alcohol hace posible una mejor existencia…”
Botas tejanas Nadia Villafuerte
Se lo llevó el carnaval no a un paraíso cacharpayero sino a una lúgubre celda de comisaría.
El “Wayar” o “Paraguayo” Osvaldo Gonzalez (67) venía de chupe tendido y joda corrida para el martes de marzo que clausuraba comparsas y papel picado y vino a pelearse con el dueño de un lavadero donde alquilaba una pieza que lo denunció por amenazas y por incendiarle un Renault 12 viejo arrumbado en la propiedad.
Wayar es un personaje que terminó viviendo como un indigente en la terminal donde se instaló con cama y colchón cerca del baño público en suite yendo preso en el 2022 por amenazar a quienes pretendían desalojarlo. Lo absolvieron al año siguiente y se empleó de parrillero. Anduvo bien hasta este carnaval.

Salió libre tras un mes y diez días preso aceptando un abreviado de ocho meses en suspenso que le ofertaron. Con tal de salir en libertad confesaba haber matado a Kennedy.
Nació en corrientes. Es impresionante la cantidad de gente que lo conoce y lo saluda en la calle. Cuenta una vida novelesca de platudo a linyera. En la frente tiene tatuada la cruz tumbera de odio a la yuta.
