“Nos pueden agarrar dormidos -dijeron-. Y eso sería lo peor…”
La noche que lo dejaron solo Juan Rulfo
El Pelao es un chico ya de 23 años cuya adicción a la pasta base, ese veneno para pobres elaborado con los deshechos químicos de la cocaína, le ha acarreado graves problemas. No han sido solo para él que está en la cárcel con pronóstico de permanencia sino para su familia.
Lo juzgan por golpear a su hermana y su madre en un arranque de furia demencial respuesta a que lo retaran por robar en su propia casa necesitado de droga. Fue en el barrio Zenta van a hacer tres años. Está acusado de lesiones leves y amenazas. Aquel día era un zombie empastillado explicó con amargura la hermana.
No era el primer arranque violento. Con la Causa y el temor a que lo condenen ¿se serenó?. Nada que ver. Hace un mes y quince días volvió a caer preso tras prender fuego su pieza.
Ahora tiene una segunda acusación penal por incendio intencional. La droga es jugar con fuego. Un riesgo personal y para todos los que te rodean.