“-Beberé un trago: siento el gaznate seco como polvo de ladrillo…”
Una botella de brandy y otra de ginebra Juan de Dios Restrepo

Que los Jueces hacen lo que se les da la gana es una verdad a medias. Es cierto que la mayoría son capaces de fundamentar con palabras cualquier opinión que se formen de sus victimas, a saber, nosotros, los ciudadanos caídos en su esfera penal. Pero al mismo tiempo están encorsetados por un protocolo y un rito organizativo que no les da margen de maniobra.

En un Juicio abreviado tenes que escuchar a las victimas o a sus familiares.
Hoy Martes 20 de Agosto el Juez Raúl Lopez de Sala II llamó a la mamá de una nena de 12 años manoseada por su padrastro para ver si estaba conforme con los tres años y cuatro meses de prisión efectiva que habían arreglado su defensor y la fiscal de violencia de género como castigo. “Estoy conforme” dijo, un poco desconcertada por el escenario. Agregando que si salía no se le acercara y que la ayude con alimentos.

Había denunciado el primero de Agosto del año pasado a su pareja por tocarle los pechos a su hija menor de edad. La púber le había contado. No mentía. Cristian Gustavo Figueroa un Oranense de 35 años que para aquella época vivía en la Misión San Francisco se confesó culpable. Era un requisito indispensable. Dijo que trabajaba de jornalero en la fincas, que tenía la primaria incompleta y el vicio de la coca y el alcohol. Su conducta era de esas incomprensibles de borracho.

Lo condenaron por abuso sexual simple agravado por la guarda y el vínculo y lo absolvieron por una tentativa de promoción de la corrupción de menores que figuraba en su causa. Si la madre no hubiera estado de acuerdo con el fallo el Juez podía homologarlo igual. Deben escuchar pero no es vinculante.
A veces pasan cosas como en el abreviado del homicidio de Justo Cisneros en Pichanal la semana pasada que el abuelo de la victima le gritó enojado con los 9 años de pena para los homicidas y le advirtió a voz en cuello que los iba a cagar matando apenas salieran. No es fácil conformar a los consternados.