“Ya no se hablaban más que para ladrarse…”
Un hombre feliz Federico Falco
“De todo lo que me acusan soy inocente” dijo cerrando el debate Federico Eduardo Bruno (50) un hombre nacido en Tartagal al que su ex mujer acusaba de haberla violado estando ya separados. El abuso era el cargo más grave surgido de cuatro denuncias fechadas de Marzo a Abril del 2020. Bruno había conocido a su pareja en la cárcel donde cumplió once años de prisión por el abuso intrafamiliar de una nena. Antecedente, que, obviamente, le jugaba en contra.
Al salir se casaron, él trabajaba de remisero, y las cosas no pudieron ir peor. La victima pintó a Bruno poco menos que como un monstruo, que la golpeaba a ella y a su hija, que captaba amiguitas de 12 y 13 años en el messenger con intenciones sexuales, que la ultrajó muchas veces sin su consentimiento bajo la lógica machista que “prestarle” era cumplir su deber de esposa. La versión del imputado era la de una venganza por despecho al enterarse que ya tenía otra tras el divorcio.
Eran palabras contra palabras. Los Jueces Fabían Fayos, María Laura Toledo y Raúl Lopez. el tribunal titular de la Sala II, debían valorarlas. El fallo fue condenatorio, siete años de prisión y costas por el delito de abuso sexual con acceso carnal, amenazas y desobediencia judicial. Se dictó hoy cerca del mediodía.