“No vivimos, morimos, nacemos muertos sin saber que día sucederá” teoretiza compungido don Ismael Cisneros (75) abuelo del “Cabezón” Justo Cisneros (21) asesinado de varios cuchillazos a las once en luces de la Navidad en su barrio Salamanca de Pichanal que es el nombre o la morada del Diablo en las leyendas Santiagueñas, justo en la calle Islas Picton a metros de donde en el 2007 un Santiagueño mató a su suegra primero y la hija (su mujer) después, en la cárcel.
Y donde hace unos días pillaron a un Cordobés que se hacía el evangelista misionero y era en realidad un diabólico pistolero que salió a hacer de las suyas con un arma de juguete. Una zona que tiene sus historias truculentas en la que el nieto de don Ismael se crió con sus amigos y sus enemigos de esquina, muchos adictos, fuleros, y fue a su matador que tiene 17 años el que el abuelo, rememora, le daba de comer desde chiquito porque les daba lástima con su esposa que dicho sea de paso lo dejó viudo en Enero, o sea que abrió y cerró el año dolorosamente, pobre.
“…Socavón donde el alba muere al salir Salamanca del cerro natal
y en las noches de luna se puede sentir a Mandinga y los Diablos bailar…”
La Salamanca Arturo Dávalos
Zamba que cantaban Los Fronterizos
La victima había llegado unos diez días atrás de Comodoro Rivadavia donde se instaló con sus tíos y se daba vuelta con changas. El abuelo no sabe bien pero al parecer tenía una mujer y un bebé. Vino a ver a la madre y con ella pasó la noche buena. Quería saludar al nono y fue a la mañana, él lo vio pasar, lo vio salir y a una cuadra supo que se agarró con tres que se juntaba que no sabe por qué cuestión ni con qué motivo pero al volver era un muñeco desinflándose con la sangre que le salía a chorro vivo del pecho y con unos vecinos lo afirmó contra un lapacho y le pusieron compresas del algodón en las heridas durante la más de media hora que tardó la ambulancia y ya no hubo nada que hacer si es que había algo por hacer, cosa que dirá la autopsia. A simple vista tenía dos tajos, uno en el homóplato y otro al costado de la cervical lado derecho, infringidos de arriba abajo.
La gente de homicidios detuvo a dos pero no al principal sospechoso, un tal Braian. Son de la cuadra donde mataron a Liliana Guerrero de Coria (48) once años atrás. En la Salamanca donde bailan los Diablos y hacen pactos de sangre con las brujas y los malditos. La Navidad no significa nada para ellos.