“Después esa tarde lejana que está antes de la peste y el diluvio…”
Cuando un pájaro entierra sus plumas Augusto Roa Bastos
El correntino Mario Amilcar Valenzuela era un cabo de gendarmería de 35 años con doce en la fuerza, estudios terciarios y revista en el escuadrón 20 Orán cuando, en Diciembre del 2018, fue atrapado en un control sobre la ruta 50 a la altura de Yrigoyen con treinta y siete ladrillos de cocaína.
Todos los paquetes de droga tenían una pequeña muesca como las que los mafiosos narcos hacen en las películas para probar la mercadería. También se hace en la droga incautada en los depósitos del Juzgado federal. Valenzuela había sido custodio del depósito uno donde faltaban los 37 ladrillos de la Causa Maggi Luis Francisco del 2011. O sea el gendarme transportaba una carga que él mismo había robado.
Ayer ante los Jueces Abel Fleming, Domingo Batute y Federico Diaz se declaró culpable de transporte de estupefacientes agravado por su condición de funcionario público en concurso con robo agravado arreglando mediante juicio abreviado la pena de seis años de prisión efectiva más el pago de una multa fijada en 45 unidades fijas (al día de hoy unos $ 310.000). Su defensor vía remota fue el abogado Oranense Joaquín Velez. Por el tiempo que lleva detenido en unos meses podría acceder a un régimen de semilibertad.