“Todo lo peligroso se convierte en plata…”
Pablo Escobar
La cocaína cumple las reglas del mercado con su cadena de comercialización de la fábrica al consumidor. Una red de intermediarios te acerca un producto que no necesita marketing como los otros ya que el propio estado con la prohibición ha enfervorizado su demanda.

Tiene su segunda selección en la pasta base furor en los sectores menos acomodados. La cosa es vender. Están los mayoristas, los exportadores, los distribuidores, los kioskeros de barrio, los transportistas y detrás de esa estructura los Pablos Escobares, los Chapos Guzmanes o los que sueñan llegar a ser como ellos.

En el negocio no podés darle premio a los primeros cinco compradores ni poner un cartel con un modelo dándose un nariguetazo y la leyenda “El mejor polvo de tu vida”. Tenés que ser solapado, disimulado, subrepticio.

La Policía federal en Orán, más conocida por sus escándalos de corrupción que por sus operativos contra la droga, cazó una mosca la mañana del Viernes 12 cuando paró a dos vehículos salidos del garage del hotel de calle Colón y Pizarro. Un Spin y un Peugeot 301. Tenían la vaca atada.

En la camioneta la perra antinarcóticos “Negra” ladró como loca al torpedo de donde secuestraron 38 kilos y medio de clorhidrato en 37 panes de colores varios marca “Delfín” con el logo correspondiente.

Quedaron imputados del transporte Rodrigo Javier MG (39), salteño, comerciante, Santos Cáceres T (33), chofer, boliviano con domicilio en Bermejo y el remisero Carlos Antonio D (39) de barrio Parque General Belgrano de Salta. Interviene la Fiscalía federal de Orán. Se cortó la cadena.