Los homosapiens somos una especie animal cuyo cerebro evolucionó de manera desproporcionada. Eso nos permitió un cierto dominio del medio ambiente. Más o menos domesticamos a nuestros depredadores y nos arreglamos con las tormentas y los terremotos. Sorteando los tsunamis y los virus a lo que todavía no le encontramos la vuelta es a los motochorros. En las ciudades son las criaturas más temidas.

Nadie está a salvo. No hacen distingos, no son territoriales, al que le toca le toca. Ayer un sargento de la Infantería policial volvía a su casa y a la altura de la Bustamente y Segundo Sombra, en las narices de la dependencia de Drogas Peligrosas, dos chorros motorizados le semblantearon un machete para quitarle la mochila que llevaba. Adentro había ropa de trabajo.

Pronto sus colegas recorrían la zona buscándolos. En el barrio 9 de Julio eran detectados y, tras una violenta resistencia, detenidos. Cargaban la mochila robada al Infante. Se los encausaba por robo calificado a Victor Dario Campos (22) y a Diego Fernando Garay (24) secuestrando la 110 negra en la que robaban.

Garay fue detenido en el 2014 como integrante de la banda que reventaba casas liderada por Juan Antonio “Juansuti” Aguilera (37), rufián que llegó al estrellato cuatro años después bautizado el Patrón del mal argentino pillado con 350 kilos de cocaína.