“…Niños mocosos y lentos que quizás nunca sabrían ni de la existencia de la palabra felicidad…”
Aquello estaba deseando ocurrir Leonardo Padura
Changos mamados o drogados haciendo nada en las esquinas son parte del paisaje urbano Oranense. La gente normalmente trata de evitarlos cruzando la calle o buscando un camino alternativo. No vaya a ser que por aburridos o por tóxicos te encaren. Todos tienen un cuchillo en la cintura. Para defenderse, dicen.
En la Corrientes y Luis Burela del barrio Constituyentes se junta una barrita. Para Mayo de este año la Policía registró dos hechos el mismo día. Temprano fueron alertados por una mujer desesperada a la que dos changos quisieron robarle y luego por vecinos que andaban exigiendo plata tramontina en mano para seguir tomando.
Detuvieron al Berto Domingo Cabrera (25) y a un menor apodado Trapito. En la sala II los juzgaron por tentativa de robo con arma y violación de las medidas sanitarias. Cabrera ya había cumplido una condena por robo, el menor estaba limpio. Las victimas manifestaron más lástima que odio hacia ellos.
“Siempre están tomando o fumando…es la vida ellos”. En esas condiciones “las cosas pasan”. Que pidan plata a los mismos vecinos o muestren cuchillos. Jóvenes mendigos agresivos. Cabrera fue el único que recibió condena finalmente por robo simple. Tendrá que cumplir un año de cárcel. Fue declarado reincidente.