“Los vi formar las sílabas de mi nombre, y me estremecí, porque ningún sonido llegaba hasta mí…”
El pozo y el péndulo Edgar Allan Poe
Esta mañana en la puerta de tribunales una mujer increpaba a un detenido que ingresaba custodiado por un Policía.
Dejaba fluir toda su furia acumulada contra el que acuchilló al hermano que terminó muriendo luego de un cadalso de intervenciones, derivaciones y tratamientos que lo tuvieron sufriendo durante seis meses.
Era la hermana de Miguel Angel “Pan dulce” Cuellar, victima del cuchillo del “Lu” Daniel Roberto Acosta, detenido ayer a siete meses del hecho. Cuellar tenía 48 años, dos hijas y vivía en el 4 de Junio. Trabajó en el cine, en casas de repuestos, en carnicería, era un mil oficios muy querido por la gente, relata su familia.
De la agresión en Abril iba en la moto con otras tres personas y el tal “Lu” no saben si para robarle o por alguna bronca le dió varias estocadas. No se la perdonan.
En seis meses a raíz de las heridas Miguel se fue deteriorando desgastando poco a poco hasta un estado calamitoso de agonía. “Sufrió mucho…” lamentan los suyos.