“También debían elevar otras muchas plegarias a su Dios para que su divina intercesión los ayudara a solucionar del mejor modo lo que, de momento, parecía haberse complicado de la peor manera…”
Herejes Leonardo Padura
Soportamos como sociedad una superposición de pandemias, un mil hojas de pandemias, una matrioshka de pandemias que como las muñecas rusas encierran dentro réplicas de si mismas.
El coronavirus, los motochorros, la pobreza, la violencia, el suicidio, los femicidios, los asesinatos en general, la droga permitida del alcohol y la no permitida del Paco, la mediocridad exasperante de los medios y las redes, por nombrar unas cuantas.
De la pandemia de ladrones motorizados, una especie criminal masivamente aborrecida y con un alto grado de letalidad, el Juez Fabian Fayos de la sala II de Juicio ensayó vacunar con siete y seis años y medio de cárcel a dos. La condena recayó sobre el “Cuchi” Dario Leonardo Quintana (33) y el David César Suiffi (21) quienes en Junio del año pasado apretaron a un chango que descabalgaron de la moto de una patada y le pusieron una pistola en el pecho.
Su estruendosa moto con el caño de escape libre o roto los delató y a una cuadra del hospital, en lo de Suiffi, la victima los detectó. Los delincuentes siguen la línea evolutiva de tantos colegas locales que se extiende de ladroncetes a narcos tipo el Coya Rojas el Juansuti Aguilera o el Coya Farfán. Los declararon reincidentes.
Quintana tiene un abultado prontuario de robos con episodios escandalosos como cuando tuvo en vilo a la ciudad amenazando tirarse de los techos de la Comisaría 20 donde estaba detenido. En el 2015 con 16 años Suiffi fue en el que en una incursión nocturna rompió los vidrios en la morgue del hospital y se llevó el microscopio.
¿Saldrán de la prisión mejores o peores?. Y los demás cómo saldremos del aislamiento obligatorio ¿mejores o peores?.