Qué ganas de meterse en kilombos. Uno tras otro. Dejáte de joder. En Marzo el “Boro” Manuel Julián Guerrero (31) recién había salido de la cárcel. El 25 lo metían preso por la muerte de Gerardo Tapia (18) en una pelea a la vuelta de su casa en el abierto pasaje Lucardi y Mendoza. Los que al final quedaron encerrados como autores habían estado en una especie de fiesta en sus fondos. Se resistía a la detención con un machete. Ya libre exactamente un mes después, el 25 de Abril volvía a la cárcel reconocido como uno de los que había entrado a una casa a robar una moto. Con un machete, quizá el mismo del lío del homicidio.
“…Incesante labor del pensamiento por cambiar lo que era inmutable,
por hacer planes ahora inútiles,
por ser arquitecto del pasado irrevocable…”
Markheim Robert Louis Stevenson
El ocho de Agosto el Juez Aldo Primucci refrendaba un Juicio abreviado en el que Guerrero se declaraba culpable de lo que se caratuló tentativa de robo doblemente agravado, en banda y con arma, y pactaba la pena de tres años y ocho meses de prisión. Además, se lo declaraba reincidente. Con eso la libertad anticipada es una quimera. Salió en todos los diarios como el homicida de Tapia. Zafó. Debería haberse quedado en el molde. No pudo. No quiso.