“No siento dolor. No hay duda de que estoy en una cama. Seguramente una cama de hospital…”
Tinieblas Esteban Padrós de Palacios
Se acerca una unidad de transporte con la identificación Flecha Bus dirección al ingreso urbano latitud 23° longitud 64° altitud 1094 pies. Orán city. Notamos en un primer zoom digital que dentro hay seres humanos pasibles de contagio. ¿Usted diría que es una nave amigable o enemistosa?. ¿Si en vez de hombres hubiera reses usted que opinaría?. No me haga caso ¿qué ve?.
El chofer saca un pañuelo blanco por su ventanilla, lo agita. Le estamos haciendo reconocimiento facial y temperatura corporal. La orden por el momento es no disparar pero será preciso mantener sin seguro las armas de mano y de destrucción masiva no sea que haya entre los pasajeros un violador de ordenes gubernamentales que benefician al país y a la civilidad toda. Traidores a la patria legada del aislamiento con delivery y Netflix gratis que más querés del estado de bienestar ¿la chancha y los veinte?. Los delincuentes siguen siendo los que quieren matarnos.
Apestarnos de coronavirus para que terminemos boqueando en una terapia intensiva de patio de escuela pública con ruidos en el cielo y ángeles dibujados en las nubes que deben ser los blue angels esa horda de hippies motorizados que asaltaban gasolineras el siglo pasado durante la guerra de Vietnam y nuestras dictaduras vernáculas. ¿Identificados los del Flecha? ¿hay reincidentes? Fijate bien los tipos no salen en las listas de inteligencia criminal solo que hagamos una de negligencia subversiva y los pongamos.
Quieren terminar con nuestro ser nacional y con el dulce de leche quieren terminar, con las mujeres y con el remanente de originarios a medio extinguir de sed en el fuego chaqueño. En el fondo es un sinceramiento, todos presos, algo habremos hecho ¡por todos los dioses!. Sargento no deje que se le escape ninguno ni vaya a escaparse usted que ya no hay lugar solo para el aedes aegypti que anda picoteando muerto de risa. Los nuevos kamikases son o chiquitos o invisibles, cosa de japoneses, no suenan sirenas pero se ven tropas urgentes con armas al hombro activando protocolos de miedo que pueden seguirse por los visillos de la ventana.
Los presos a sus casas y los libertos a las cárceles con fitness incluido. Por suerte ya comienza la colecta anual para los políticos y funcionarios agotados de resolvernos los problemas a los pobres estúpidos, tan atornillados al poder que los vamos a encontrar en el más allá. Agradezco mucho tus cuidados pero ya estoy muerto hermano. No no estoy paranoico. ¿El colectivo?. Mejor que no entre nadie mirá si traen el bicho.
