“Se había puesto en posición de ataque, como los karatecas. Tenía las manos en guardia, abiertas, mostrando el canto de las palmas…”
Asiático Federico Falco
Barrio caballito a la noche es un mundo aparte. Las barras de adictos y malandrines no van a andar cumpliendo cuarentena estando libres. Ya han acumulado bastantes temporadas de cárcel. Cuarentenas a la sombra de tres o cinco años. Inmunes a las recomendaciones de la radio y la televisión salen a combatir el letargo del aburrimiento con alguna trenzada monumental que en el peor de los casos les cuesta la libertad o la vida.
Anoche hubo guerra. Primero mandaron al hospital al hermano del Crotín (que está preso) con la cabeza partida y ya en la madrugada de una batalla campal que venía de la ruta por la Natalio Roldán dejó a la altura de la Vilca Condorí el cuerpo inerme del Roberto Carlos Aballay (28) muerto de un puntazo por un rival de 15 años, casi un nene.
Aballay salió hace un par de años de la cárcel donde estuvo por robo calificado en poblado y banda. Nos acordamos que fue el principal testigo del asesinato de Manuel Quiroga (24) un hecho ocurrido dentro del penal a manos del “Gordo” Héctor Villagrán (30) en noviembre del 2015. Eran todos compañeros de celda.
El responsable de su muerte fue detenido. Es familia de gente vinculada al narco Coya Rojas. En ciertos ambientes el coronavirus no es lo más grave que te puede pasar.