“Estaba la infancia, ni triste ni alegre, pero con una fisonomía inconfundible de vida distinta, extraña, que no podía entenderse del todo ahora…”
El obstáculo Juan Carlos Onetti
El 4 de Octubre pasado el mediodía llegaba al hospital de Pichanal con la moto destartalada a cuestas una chiquita de 7 años que había sido embestida por un vehículo hasta el día de hoy fantasma.
Fue derivada a Salta con fractura de pelvis y por cuenta de la provincia y con el acompañamiento de la madre fue operada dos veces la segunda porque juntó líquido en una hematoma de su piernita. Un drama.
“¡No sé si mi hijita va a volver a caminar…!” se lamentaba Dario José Barría (28), su padre, en el juicio por abuso sexual que se iniciaba en su contra pocos días después. Son de barrio Mataderos. A Barría lo acusaban de haber violado a su hermana de 18 años con retraso madurativo una noche de violencia que se metió en su cama y le tapó la boca con cinta de embalar. Eso dijo ella en Cámara Gesell. Otro drama.
No era el hermano sino el tío y la madre no era la madre sino la abuela en una casa de roles más afectivos que genealógicos signada por la pobreza, un ambiente con evidente riesgo para una chica discapacitada. De Salta vino la psiquiatra del CIF a decir que del informe psicológico que elaboraron allá era imposible que la victima mintiera. Era más que el copiar y pegar de las psicólogas locales donde jamás de los jamáses las victimas tienen indicadores de mendacidad o fabulación. Lo cual es en si mismo una fabulación ideológica.
La defensora de Barría , la política y abogada Soledad Rallé decía lo contrario, que todo era una gran mentira. En su alegato producido el Martes 22 de Octubre insistió en una prueba médica. La chica revisada un día después no tenía ningún signo de violencia, cosa (otra vez) imposible si la habían accedido brutalmente por ambas vías. Las opiniones de la psicología, una “pseudo ciencia”, dijo, (cosa con la que no podemos estar más de acuerdo) no puede competir con una certeza médica, una interpretación mental no puede revocar un hecho material comprobable.
Era al vicio. Cuando hay una Cámara Gesell positiva deberían darte un número para que pases por ventanilla a retirar el monto de la pena. Se ahorrarían plata, angustias y falsas esperanzas. Ignorarla o cuestionarla es ofender a la victima. Cosa imposible (otra vez) si es que no querés ir en Cana.
La mesa de género pidió 11 años por abuso sexual con acceso carnal calificado por la convivencia, el Juez Raúl Lopez falló 9 y le dijo al imputado que era por la Cámara positiva. Lo mandó a la Cárcel. Otro drama.
Su abuela sufrió una crisis de nervios y cayó redonda frente a la Sala II. Tuvieron que atenderla. Más drama.
La hijita, nos cuenta la mamá desde Salta, tiene por lo menos un mes y medio de reposo absoluto hasta que pueda levantarse y volver a caminar.