“-¡Apagaron la luz!
-Se están matando en lo oscuro…”
Duelo a cuarto cerrado Manuel Mejía Vallejo

En muchos linajes antiguos de poder cuando el hijo era lo suficientemente fuerte para matar al padre lo hacía y se quedaba al mando de la tribu. Matar al padre era un trámite sucesorio. Quedó patente en las viejas mitologías ponele en Zeus que se erigió en el capanga de los Dioses liquidando a su padre Cronos que a su vez había acabado con su padre Urano y así. Venida que hubo la civilización y el progreso el parricidio fue considerado un delito gravísimo.

Don Ernesto “Tito” Pastrana es un jubilado de 69 que desde el 2013 ocupa un terreno de asentamiento en la Colón al fondo que comparte con su hijo el “Hormiga” Mario Ernesto Pastrana de 23, con su nuera y una hijita pequeña de ambos.

Tito se crió en barrio Maravilla, fue albañil y carpintero y algunos lo recuerdan buen tallador. Estaba un poco rengo de una patoteada por la que le hicieron un injerto en la pierna. Tomaba mucho. Hace un año las parcas le estuvieron revoloteando por una cirrosis. Los vecinos lo veían llegar a la casa con su vinito infaltable y si bien no se llevaba mal con nadie tenían que aguantar que retumbaran todas las maderas del barrio con su música de parlantes fuertísima.

En el terreno él ocupaba un pequeño cuarto de tapera al fondo y su hijo una pieza de madera al costado. Se llevaban mal. El hijo, según aseguran los suyos, es un adicto inamansable que lo vivía al abuelo, ya un poco senil.

Era puteado cada vez que entraba con su moto medio arando y le hacía ver que estaba de prestado en la casa. ¿Qué te creés que esta es tu casa para entrar así? gruñía y no pocas veces les cortaba la luz que les había dado de su pieza.
El Jueves 10 de Octubre todo empezó igual que todos los días que el Hormiga volvía del bagayo. Ese día escucharon que el viejo directamente lo echó, te vas de acá, le gritó enardecido. Al rato la chiquita lloraba fuerte y el clima se había caldeado con acusaciones “¿vos la tocaste a la nena? y por el enrejillado vieron a don Pastrana tirando sablazos con un machete, borracho y enclenque. Al hijo no le costó nada garrotearlo en la cabeza y luego machetearlo en el piso, en realidad si le costó, varios golpes en la cara y un tajo en la cabeza.

La Policía se llevó a los dos al hospital. El padre murió por el hematoma cerebral que le produjo el garrotazo, el hijo fue preso acusado de homicidio calificado por el vínculo.
A través de las redes una hermana de Buenos Aires del preso crucificó a Pastrana como un viejo degenerado que bien se merecía que lo matara el hijo al que ponía como un héroe que había salido en defensa de su niña mansillada. Por supuesto no es hija de Pastrana.

Un producto maravilloso para el Face que se llenó de insultos y loas al asesino justiciero al que debían erigirle un altar en un espacio público para que la gente fuera a pedirle favores. Por la magia lapidaria de las redes sociales el que había matado bestialmente a su padre era una mezcla de difunta Correa y Madre Teresa. Por supuesto ni la hermana de Buenos Aires ni nadie de los que hablaban tenían la menor idea de lo que había pasado.

Ni siquiera los de Homicidios tenían idea. Solo recolectaban elementos para ver qué era verdad y que mentira en ese naufragio de versiones cruzadas.
En el supuesto que fuera cierto que la victima haya tenido un brote senil y tocado a la nieta resulta desproporcionado que el hijo lo mate a machetazos.

Hay otra versión a la del abuso. Dice que el Hormiga venía maltratando de hace rato a su padre, que le robaba la plata de la pieza y que esa noche se puso a gritar que no había papel higiénico en el baño. ¡Todo lo tengo que comprar yo! le contestaron. Allí empezó la pelea.
O sea el ultra promocionado abuso ( se verá si le hacen una Gesell a la nena) puede haber sido o el detonante o la excusa perfecta para un crimen. Lo que no puede ser nunca es una justificación.

Tito era papá de dos hijas que viven en Córdoba, cinco hijos en Salta y Mario, el que lo mató. Esa noche la nuera se llevó la moto, la cocina nueva, un frezeer, todo comprado por el suegro. La familia está pensando hacer la denuncia.