“¡Cómo andan de desactualizados los noticieros!. Y es que una ley del mundo seguirá siendo: la muerte viaja más rápido que la información…”
La virgen de los sicarios Fernando Vallejo
El Lunes 9 de Septiembre murió en el hospital una interna de la Cárcel de mujeres. Era una chica wichí de Los Blancos condenada a ocho años de prisión como cómplice de una violación detenida desde el 15 de Abril del 2017. Imaginamos metida en esos ritos sexuales de comunidades originarias que tanta polémica han suscitado. Silvina Figueroa tenía 24 años y tres hijos de 8, 6 y 4 años. Se había presentado un pedido de prisión domiciliaria.
No se hizo autopsia ni hubo participación policial con un certificado de defunción por pancreatitis firmado por el médico Raúl Rufinengo. Dicen que se descompuso luego de comer un panchito y las malas lenguas de las internas aseguran que la tuvieron dolorida varias horas hasta llevarla al hospital, o que alguien la viera, siendo que no hay enfermera en la cárcel.
Los wichí son gente sufrida y callada, es posible que Silvina no haya exteriorizado nada hasta que fue demasiado tarde. En la morgue cuentan que la Policía apareció dos días después que unos familiares se la llevaron a enterrar a Los Blancos. Le preguntamos al chofer que la trasladó ¿dijeron algo en el camino?, no dijeron una palabra, nos contestó. Y sí, eran wichís.
¿No hay que hacer autopsia cuando muere una interna de un establecimiento carcelario? para deslindar responsabilidades. ¿Cómo será?.