En Diciembre del año pasado tres changos eran detenidos por gendarmes pasando por la zona no habilitada de los Cacharis de Aguas Blancas a las cinco de la tarde. Al grito de ¡alto! trataban de huir. Dos de ellos, identificados como Aldo Santiago Rivero (20) y Manuel Esneide Rivero (25) de Caballito llevaban en las mochilas 10 ladrillos de marihuana. El tercero, Manuel Barro Gutierrez (27), boliviano, tenía la mochila vacía y en la riñonera una tarjeta de débito a nombre de una mujer que, dijo, era la esposa. Fue el único que declaró. Aseguró que cruzaba a comprar víveres y como no tenía documento lo hacía por ese paso trucho.
El informe verde decía que iban juntos. Chau. A pelarse. El Juez federal los procesó en la Causa 24756/17 por contrabando de estupefacientes en grado de tentativa. La defensa de Gutierrez apeló. Los Jueces analizaron con sentido común que no podían endilgarle querer pasar droga a uno que llevaba una mochila vacía, en todo caso era tentativa de contrabando de mochila vieja. Para Julio, tras ocho meses preso, le dieron la falta de mérito y la libertad. Si es cierto que no conocía a los otros dos es un contundente ejemplo de lo que te puede costar estar en el lugar y en el momento equivocado.